Agricultura y Cultivos Sostenibles

Enfermedades más comunes del maíz y cómo controlarlas

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Las enfermedades del maíz representan una de las principales amenazas para este cultivo esencial en la alimentación humana y animal. Causadas por hongos, bacterias o virus, pueden afectar hojas, tallos, mazorcas y raíces, disminuyendo drásticamente la producción y calidad del grano.
En este artículo conocerás las enfermedades del maíz más comunes, cómo identificarlas, cuáles son sus condiciones de desarrollo y qué estrategias aplicar para prevenir y controlarlas de forma efectiva.

1. Tizón común del maíz (Exserohilum turcicum)

Dentro de las enfermedades del maíz causadas por hongos, el tizón común es una de las más extendidas y perjudiciales, especialmente en regiones con clima templado y alta humedad. Es provocado por el hongo Exserohilum turcicum, patógeno foliar que ataca principalmente las hojas, aunque en casos severos puede afectar vainas y espigas.

Este hongo reduce la capacidad fotosintética de la planta, afectando el llenado de grano y provocando pérdidas de rendimiento que, en infecciones graves, pueden superar el 50%.

Síntomas

  • Lesiones iniciales pequeñas y acuosas que se alargan con el tiempo, adquiriendo forma elíptica.
  • El color varía de gris verdoso en las primeras fases a marrón oscuro en estadios avanzados.
  • En ataques severos, las manchas se fusionan formando grandes áreas necróticas.
  • El secado prematuro de hojas provoca un llenado deficiente de la mazorca y granos arrugados.

Condiciones favorables

El tizón común prospera en condiciones de:

  • Temperatura óptima: 18–27°C.
  • Humedad relativa alta: superior al 90% durante más de 12 horas.
  • Densidad de siembra elevada: dificulta la ventilación y favorece la humedad en el dosel foliar.
  • Riego por aspersión o lluvias prolongadas que mantienen agua libre sobre las hojas.
  • Residuos infectados en el suelo, que actúan como fuente de inóculo para el siguiente ciclo.

Ciclo de la enfermedad

  • El hongo sobrevive en rastrojos infectados y produce esporas que se diseminan por viento y salpicaduras de agua.
  • La infección ocurre cuando las esporas germinan en presencia de humedad, penetrando a través de estomas o heridas.
  • Una vez dentro, el patógeno destruye tejido foliar y produce nuevas esporas que pueden reinfectar otras plantas.

Control

1. Manejo genético

  • Utilizar híbridos o variedades con resistencia genética comprobada.
  • Seleccionar materiales adaptados a la región y con tolerancia al patógeno.

2. Manejo cultural

  • Rotación de cultivos con leguminosas o gramíneas no hospederas por al menos 2 años.
  • Incorporación o eliminación de rastrojos infectados para reducir la fuente de inóculo.
  • Mantener densidades de siembra que permitan buena aireación.

3. Manejo químico

  • Aplicar fungicidas preventivos a base de estrobilurinas (ej. azoxystrobin, pyraclostrobin) o triazoles (ej. propiconazole, tebuconazole).
  • Realizar las aplicaciones en etapas críticas: V8-V10 (antes de la aparición de síntomas) y repetir según condiciones climáticas.
  • Alternar modos de acción para evitar resistencia.

4. Monitoreo

  • Revisar periódicamente el cultivo, sobre todo después de lluvias prolongadas.
  • Tomar decisiones de aplicación basadas en el umbral económico y las condiciones ambientales.

Dato técnico: El tizón común del maíz no solo afecta el rendimiento, sino que también incrementa el riesgo de otras enfermedades al debilitar la planta, lo que puede agravar las pérdidas.

2. Tizón sureño del maíz (Bipolaris maydis)

El tizón sureño del maíz es otra de las enfermedades del maíz de origen fúngico con alto potencial destructivo. Está causado por el hongo Bipolaris maydis (antes Helminthosporium maydis), un patógeno que se propaga rápidamente en climas cálidos y húmedos, afectando principalmente las hojas, aunque en infecciones severas puede llegar a dañar tallos y mazorcas.

Su importancia radica en que puede provocar defoliación prematura, afectando directamente la fotosíntesis y reduciendo el llenado de grano, lo que impacta la calidad y el peso final de la cosecha.

Síntomas

  • Aparición de lesiones alargadas y estrechas, de color marrón oscuro a rojizo, que siguen la dirección de las nervaduras.
  • Las lesiones pueden unirse formando grandes áreas necróticas.
  • En ataques avanzados, el follaje se seca antes de tiempo, dejando las mazorcas expuestas al sol y provocando granos incompletos o arrugados.
  • En plántulas, puede causar la muerte temprana si la infección es intensa.

Condiciones favorables

  • Temperatura óptima: 27–32°C.
  • Humedad relativa: alta, con presencia de agua libre sobre el follaje por más de 8–10 horas.
  • Ambientes cálidos y húmedos, típicos de zonas tropicales y subtropicales.
  • Presencia de rastrojos infectados que sirven como fuente de inóculo.
  • Monocultivo continuo de maíz, que aumenta la presión de la enfermedad.

Ciclo de la enfermedad

  • El hongo sobrevive en rastrojos y restos de cosecha, desde donde libera esporas que se dispersan por viento y salpicaduras de agua.
  • Una vez en contacto con hojas húmedas, las esporas germinan y penetran directamente o a través de heridas y estomas.
  • En condiciones favorables, el ciclo se completa en pocos días, lo que permite múltiples reinfecciones en una misma temporada.

Control

1. Control genético

  • Utilizar semillas certificadas de híbridos resistentes o tolerantes al tizón sureño.
  • Evitar el uso de semillas de origen desconocido, ya que pueden estar contaminadas.

2. Manejo cultural

  • Eliminación o incorporación profunda de rastrojos infectados para reducir el inóculo inicial.
  • Rotación de cultivos con especies no hospederas durante al menos 2 ciclos agrícolas.
  • Mantener un espaciamiento adecuado para favorecer la ventilación.

3. Manejo químico

  • Aplicar fungicidas foliares preventivos y curativos a base de estrobilurinas (azoxystrobin, pyraclostrobin) y triazoles (propiconazole, tebuconazole).
  • Realizar aplicaciones en estados vegetativos tempranos (V6–V8) y repetir según condiciones climáticas y monitoreo.
  • Alternar ingredientes activos para evitar resistencia.

4. Monitoreo

  • Revisar el cultivo especialmente después de periodos prolongados de lluvia o riego por aspersión.
  • Implementar medidas de control temprano cuando el 5–10% del follaje presente síntomas.

Dato técnico: El tizón sureño no solo reduce la producción, sino que también deja a la planta más vulnerable a podredumbres de mazorca, lo que aumenta las pérdidas en campo y poscosecha.

3. Roya común del maíz (Puccinia sorghi)

La roya común del maíz es una de las enfermedades del maíz más fáciles de identificar en campo gracias a sus pústulas características de color anaranjado o marrón rojizo. Está causada por el hongo Puccinia sorghi, un patógeno que ataca principalmente el follaje, afectando la fotosíntesis y debilitando la planta.

Aunque en cultivos comerciales bien manejados las pérdidas suelen ser moderadas, en condiciones favorables y con variedades susceptibles puede ocasionar reducciones importantes en el rendimiento y en la calidad del grano.

Síntomas

  • Pústulas circulares u ovaladas, de color anaranjado a marrón oxidado, que sobresalen en la superficie de la hoja.
  • Clorosis (amarillamiento) alrededor de las lesiones y posterior necrosis del tejido.
  • Distribución irregular, pero con tendencia a aumentar en hojas intermedias y superiores conforme avanza la infección.
  • En ataques severos, la defoliación prematura reduce el llenado de las mazorcas.

Condiciones favorables

  • Temperatura óptima: entre 15 y 25°C.
  • Humedad relativa alta y presencia de agua libre sobre el follaje.
  • Malezas hospederas que permiten al hongo sobrevivir fuera del ciclo del maíz.
  • Alta densidad de siembra que dificulta la ventilación interna del cultivo.
  • Zonas con riego por aspersión o lluvias frecuentes.

Ciclo de la enfermedad

  • El hongo sobrevive en malezas hospederas y produce esporas que se diseminan por el viento a largas distancias.
  • Una vez depositadas en hojas húmedas, las esporas germinan e infectan el tejido a través de los estomas.
  • El ciclo se repite varias veces durante la temporada, provocando un aumento progresivo de la severidad.

Control

1. Control genético

  • Utilizar variedades resistentes o tolerantes a la roya común del maíz.
  • Elegir híbridos adaptados a las condiciones climáticas de la zona.

2. Manejo cultural

  • Eliminar malezas hospederas en los alrededores del cultivo.
  • Sembrar en densidades adecuadas para mejorar la ventilación.
  • Evitar excesos de nitrógeno, ya que un follaje muy tierno es más susceptible.

3. Control químico

  • Aplicar fungicidas sistémicos a base de propiconazole, tebuconazole o mezclas con estrobilurinas.
  • Realizar las aplicaciones al inicio de los síntomas y repetir según el monitoreo y condiciones climáticas.

4. Monitoreo

  • Inspeccionar el cultivo desde las primeras fases vegetativas, sobre todo después de periodos prolongados de humedad.
  • Iniciar el control cuando el 5–10% de las hojas muestren pústulas activas.

Dato técnico: Aunque la roya común del maíz rara vez provoca pérdidas totales, su presencia en etapas tempranas y con alta severidad puede reducir notablemente el rendimiento, sobre todo en siembras tardías y con híbridos susceptibles.

4. Pudrición de tallo

La pudrición de tallo del maíz es una de las enfermedades del maíz más destructivas y de mayor impacto económico, ya que afecta directamente la estructura de la planta y su capacidad para sostener la mazorca. Está causada principalmente por hongos como Fusarium spp. y Macrophomina phaseolina, aunque otras especies pueden estar involucradas.

Este complejo de patógenos provoca debilitamiento del tallo, encamado (caída de plantas) y problemas en el llenado de grano, lo que reduce tanto el rendimiento como la calidad de la cosecha.

Síntomas

  • Marchitez progresiva, especialmente evidente durante la etapa de llenado de grano.
  • Encamado del tallo, que provoca la caída de plantas enteras antes de la cosecha.
  • Tejido interno del tallo seco, desintegrado y de color marrón a gris oscuro.
  • En infecciones por Macrophomina, se observan pequeños cuerpos negros (esclerocios) en el interior del tallo.
  • Mazorcas mal desarrolladas y con granos incompletos debido a la interrupción del transporte de nutrientes.

Condiciones favorables

  • Estrés hídrico durante la etapa de llenado de grano.
  • Deficiencias nutricionales, especialmente de potasio.
  • Temperaturas superiores a 30°C.
  • Densidades de siembra altas que aumentan la competencia por agua y nutrientes.
  • Daños previos por plagas o enfermedades foliares que debilitan la planta.

Ciclo de la enfermedad

  • Los hongos sobreviven en rastrojos y restos de cosecha, así como en el suelo, por varios años.
  • Infectan la planta a través de las raíces o heridas en el tallo.
  • El desarrollo de los síntomas se acelera cuando la planta entra en estrés, sobre todo por falta de agua o nutrientes.

Control

1. Manejo nutricional

  • Mantener una fertilización balanceada, con especial atención al potasio, ya que fortalece los tejidos y mejora la resistencia a enfermedades.
  • Realizar análisis de suelo para ajustar las dosis de fertilizantes.

2. Manejo cultural

  • Rotación de cultivos con especies no hospederas (soya, trigo, leguminosas) durante al menos dos años.
  • Incorporación o destrucción de rastrojos para reducir el inóculo.
  • Evitar densidades excesivas de siembra para disminuir el estrés por competencia.

3. Manejo genético

  • Utilizar híbridos tolerantes o resistentes a la pudrición de tallo, adaptados a las condiciones de la zona.

4. Monitoreo

  • Revisar el cultivo periódicamente para detectar plantas debilitadas y evitar que la enfermedad se propague.

Dato técnico: En condiciones de estrés, la pudrición de tallo puede combinarse con pudrición de mazorca, afectando gravemente la calidad de grano en poscosecha. Esto incrementa el riesgo de micotoxinas, lo que puede descalificar el grano para consumo humano y animal.

5. Carbón común del maíz (Ustilago maydis)

El carbón común del maíz es una de las enfermedades del maíz más fáciles de identificar debido a sus deformaciones características en diferentes partes de la planta. Está causada por el hongo Ustilago maydis, un patógeno que provoca tumores o agallas de color gris plateado, los cuales crecen y se llenan de esporas negras en su interior.

Aunque en algunos países las agallas tiernas se consumen como alimento gourmet (conocido como huitlacoche), en la producción comercial de grano esta enfermedad reduce de manera significativa la calidad y cantidad de la cosecha.

Síntomas

  • Formación de tumores o agallas en hojas, tallos, mazorcas e incluso raíces.
  • Inicialmente, los tumores son pequeños, de color blanco grisáceo y consistencia firme.
  • Con el tiempo, la superficie se rompe, liberando esporas de color negro.
  • Deformaciones en mazorcas que impiden el desarrollo normal del grano.
  • Reducción del rendimiento por pérdida de granos y menor peso específico.

Condiciones favorables

  • Clima cálido y húmedo, ideal para el desarrollo del hongo.
  • Heridas mecánicas en la planta causadas por labores de cultivo, granizo o plagas (ej. gusano cogollero).
  • Alta fertilización nitrogenada que promueve un crecimiento tierno y susceptible.
  • Presencia de esporas en el suelo o en rastrojos infectados.

Ciclo de la enfermedad

  • El hongo sobrevive en el suelo, rastrojos y como esporas latentes.
  • La infección ocurre cuando las esporas entran en contacto con tejido susceptible, generalmente a través de heridas o estomas.
  • Las agallas crecen rápidamente y en su interior se producen millones de esporas, que se liberan y dispersan por viento, lluvia o manipulación mecánica.

Control

1. Manejo cultural

  • Evitar daños mecánicos durante las labores de cultivo.
  • Rotar cultivos con especies no hospederas durante al menos dos años.
  • Destruir o enterrar plantas infectadas antes de que liberen esporas.

2. Manejo genético

  • Utilizar híbridos resistentes o tolerantes al carbón común del maíz.

3. Manejo nutricional

  • Evitar excesos de nitrógeno que favorezcan tejidos tiernos.
  • Mantener un equilibrio con potasio y fósforo para fortalecer la estructura de la planta.

4. Monitoreo

  • Revisar periódicamente las plantas, sobre todo después de tormentas o labores mecánicas, para eliminar focos iniciales.

Dato técnico: Aunque el consumo de huitlacoche puede representar un valor agregado en algunos mercados, en la producción de grano comercial se considera una enfermedad seria que debe prevenirse, ya que puede afectar entre el 2% y el 20% de las plantas en condiciones favorables para el patógeno.

6. Mosaico enanizante del maíz (MDMV)

El mosaico enanizante del maíz es una de las enfermedades del maíz de origen viral más limitantes para la producción. Está causado por el Maize dwarf mosaic virus (MDMV), que pertenece al género Potyvirus.

Este virus provoca un retraso significativo en el crecimiento de la planta, reducción del tamaño de las mazorcas y, en casos severos, pérdidas de rendimiento que pueden superar el 60%. Su principal vía de transmisión es a través de insectos vectores, especialmente diversas especies de pulgones.

Síntomas

  • Moteado irregular de color amarillo y verde en las hojas, visible desde las etapas tempranas del cultivo.
  • Hojas deformadas y enrolladas en casos severos.
  • Plantas de menor altura en comparación con las sanas.
  • Mazorcas pequeñas o mal formadas, con bajo número de granos.
  • En infecciones tempranas, el impacto sobre la producción es mucho mayor que cuando la infección ocurre en fases tardías.

Condiciones favorables

  • Alta población de pulgones vectores como Rhopalosiphum maidis y Schizaphis graminum.
  • Climas cálidos con temperaturas entre 20–30°C, que favorecen la reproducción de los pulgones.
  • Presencia de malezas gramíneas que actúan como hospederos intermedios del virus y de los vectores.
  • Siembras continuas de maíz sin rotación, que permiten la persistencia del patógeno y del vector.

Ciclo de la enfermedad

  • El virus sobrevive en plantas hospederas como malezas gramíneas (Sorghum halepense, Setaria spp.).
  • Los pulgones adquieren el virus al alimentarse de una planta infectada y lo transmiten de forma no persistente a otras plantas de maíz.
  • Una vez infectada, la planta permanece enferma hasta el final del ciclo, ya que no existe cura para los virus vegetales.

Control

1. Manejo del vector

  • Monitorear la presencia de pulgones y aplicar insecticidas selectivos en caso de superar el umbral económico.
  • Fomentar el control biológico mediante la conservación de depredadores naturales como mariquitas y crisopas.
  • Evitar el uso excesivo de insecticidas de amplio espectro que eliminen enemigos naturales.

2. Manejo genético

  • Utilizar variedades de maíz resistentes o tolerantes al MDMV.
  • Elegir híbridos adaptados a la zona para reducir el riesgo de infección severa.

3. Manejo cultural

  • Eliminar plantas voluntarias y hospederos alternativos antes de la siembra.
  • Rotar cultivos con especies no hospederas del virus y sus vectores.
  • Sincronizar fechas de siembra para evitar picos poblacionales de pulgones.

Dato técnico: El mosaico enanizante del maíz es más grave cuando la infección ocurre antes de la etapa de floración, ya que limita el desarrollo vegetativo y el llenado de grano. En siembras comerciales, la prevención y el manejo del vector son las únicas estrategias efectivas.

Manejo integrado de enfermedades del maíz

Para reducir el impacto de las enfermedades del maíz, es fundamental implementar un Manejo Integrado de Enfermedades (MIE) que combine medidas preventivas, culturales, químicas y de monitoreo. Este enfoque no solo protege el cultivo, sino que también disminuye el riesgo de resistencia a fungicidas y reduce costos a largo plazo.


1. Prevención

  • Utilizar semillas certificadas y libres de patógenos.
  • Sembrar variedades resistentes o tolerantes a las principales enfermedades presentes en la zona.
  • Respetar rotaciones de cultivos con especies no hospederas por al menos 2 a 3 años.

2. Control cultural

  • Eliminar o incorporar profundamente rastrojos y restos de cosecha infectados para reducir el inóculo inicial.
  • Mantener el control de malezas hospederas de patógenos y vectores.
  • Regular la densidad de siembra para mejorar la ventilación y reducir la humedad relativa en el dosel.

3. Control químico

  • Aplicar fungicidas preventivos en etapas críticas del cultivo.
  • Usar fungicidas curativos al detectar los primeros síntomas, alternando modos de acción (grupos FRAC) para prevenir resistencia.
  • Evitar aplicaciones innecesarias y siempre respetar los periodos de carencia antes de la cosecha.

4. Monitoreo

  • Revisar el cultivo de forma semanal desde la emergencia hasta el llenado de grano.
  • Realizar monitoreos más frecuentes después de lluvias prolongadas o bajo condiciones de alta humedad.
  • Tomar decisiones de aplicación basadas en umbrales de acción específicos para cada enfermedad.

Calendario general de manejo de enfermedades del maíz

Etapa del cultivoAcción preventivaProducto sugeridoFrecuencia
Pre-siembraTratamiento de semillaThiram, Metalaxyl + Fludioxonil1 vez antes de siembra
V4 – V6Protección inicial contra tizones y royaMancozeb, AzoxystrobinCada 12–14 días
V8 – V10Refuerzo preventivo y control curativo tempranoAzoxystrobin + PropiconazoleCada 10–14 días según clima
VT – R1 (Floración)Protección máxima contra pudriciones y royasPyraclostrobin + TebuconazoleCada 10–12 días
R3 – R5 (Llenado de grano)Control final y prevención de infecciones tardíasMancozeb, ChlorothalonilSegún monitoreo
PoscosechaManejo de rastrojosIncorporación o quema controladaUna vez finalizada la cosecha

Tabla de fungicidas recomendados para enfermedades del maíz

Ingrediente activoGrupo FRAC / Modo de acciónTipo de aplicaciónObservaciones
AzoxystrobinFRAC 11 – Estrobilurina, inhibidor de la respiración mitocondrialPreventivoExcelente para tizones y roya; alternar con otros modos de acción.
PyraclostrobinFRAC 11 – EstrobilurinaPreventivoAlta eficacia en etapas tempranas.
PropiconazoleFRAC 3 – Triazol, inhibidor de la biosíntesis de ergosterolCurativo tempranoBuen control de roya y tizones.
TebuconazoleFRAC 3 – TriazolPreventivo y curativoUsar en mezclas para ampliar espectro.
MancozebFRAC M03 – MultisitioPreventivoIdeal en programas de rotación.
ChlorothalonilFRAC M05 – MultisitioPreventivoEfectivo en protección final del cultivo.

Recomendaciones clave para el productor:

  • Alternar modos de acción para evitar resistencia.
  • Usar siempre la dosis recomendada en la etiqueta.
  • Ajustar el programa de aplicaciones según la presión de enfermedades y las condiciones climáticas.
  • Integrar medidas químicas con manejo cultural y genético para maximizar la eficacia.