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Sellado de pezones en vacunos lecheros

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El sellado de pezones en vacunos es una práctica fundamental en la ganadería lechera moderna. Después del ordeño, los esfínteres de los pezones permanecen abiertos durante varios minutos, lo que los deja vulnerables a la entrada de bacterias y agentes patógenos. Aplicar un sellador o desinfectante en esta etapa protege la glándula mamaria, previene infecciones y contribuye al bienestar de la vaca.

Este procedimiento, sencillo pero altamente efectivo, se ha convertido en un estándar técnico dentro del manejo higiénico del ordeño, ya que disminuye los casos de mastitis, mejora la calidad de la leche y reduce los costos asociados al uso de antibióticos.

Importancia del sellado de pezones en vacunos

La mastitis —una inflamación de la glándula mamaria causada por bacterias— es uno de los principales problemas sanitarios y económicos en la producción lechera. Cada caso no solo reduce la producción de leche, sino que también implica tratamientos costosos, pérdida de leche por residuos de antibióticos y disminución en la calidad del producto final.

El sellado de pezones después del ordeño actúa como una barrera física y química que impide la entrada de microorganismos en el canal del pezón mientras el esfínter se cierra. De esta manera, se protege la ubre durante las primeras horas posteriores al ordeño, que son las más críticas para el contagio.

Entre los beneficios más importantes del sellado destacan:

  • Previene la mastitis clínica y subclínica.
  • Reduce la cantidad de células somáticas (CCS) en la leche.
  • Disminuye el uso de antibióticos y los costos veterinarios.
  • Mejora la rentabilidad del establo al evitar pérdidas por leche descartada.
  • Mantiene la piel del pezón hidratada y limpia, evitando grietas o lesiones.

En resumen, esta práctica no solo protege la salud del animal, sino que también incrementa la calidad y seguridad de la leche producida.

Cómo funciona el sellado de pezones

Durante el ordeño, el esfínter del pezón se abre para permitir la salida de la leche. Este canal tarda entre 30 y 60 minutos en cerrarse completamente. Durante ese tiempo, los microorganismos presentes en el ambiente, el estiércol o el equipo de ordeño pueden ingresar y causar infecciones.

El sellador posordeño forma una película protectora alrededor del pezón. Los componentes del sellador —como el yodo, clorhexidina o ácido láctico— tienen una acción antibacteriana inmediata, eliminando los patógenos y creando una capa que bloquea su entrada.

De esta forma, se asegura que la ubre permanezca protegida hasta que el esfínter se cierre de manera natural.

Técnicas de aplicación del sellador

El sellado de pezones en vacunos puede realizarse de dos maneras principales: por inmersión (dipping) o por rociado (spray). Ambas son efectivas siempre que se ejecuten correctamente y se cubra toda la superficie del pezón.

Técnicas de aplicación del sellador

Sellado por inmersión

Se utiliza un vaso sellador que contiene el producto desinfectante. Cada pezón se introduce cuidadosamente hasta cubrir por completo la base y la punta.
Esta técnica garantiza una cobertura uniforme y es la más recomendada en establos donde se busca un control sanitario riguroso.

Sellado por rociado o spray

Consiste en aplicar el sellador mediante un atomizador manual o automático. Es una opción práctica en ordeños masivos, pero requiere atención para asegurar que todo el pezón quede cubierto.
El operador debe aplicar una cantidad suficiente y mantener una distancia de 10 a 15 cm para lograr una buena pulverización.

En ambos casos, se aconseja realizar un suave masaje en la base del pezón para facilitar la distribución del producto y mantener a la vaca de pie durante al menos 30 minutos después del ordeño, permitiendo que el sellador se seque y actúe de forma óptima.

Buenas prácticas durante el sellado

Para obtener los mejores resultados, es necesario seguir procedimientos estandarizados de higiene y manejo:

  • Lavar y secar bien los pezones antes de aplicar el sellador.
  • Usar selladores aprobados para uso veterinario y mantenerlos en envases limpios.
  • Cambiar el producto regularmente para evitar contaminación.
  • No reutilizar el líquido sobrante del vaso sellador.
  • Evitar aplicar el sellador en pezones con heridas o grietas profundas.

Además, es recomendable realizar un seguimiento periódico de mastitis mediante pruebas de California Mastitis Test (CMT) y recuento de células somáticas para evaluar la efectividad del programa de sellado.

Impacto en la calidad y rentabilidad

El sellado de pezones en vacunos tiene un impacto directo en la calidad higiénica de la leche y la rentabilidad del establo.
Al prevenir infecciones y reducir la incidencia de mastitis, los ganaderos disminuyen el uso de tratamientos antibióticos y las pérdidas por leche descartada, incrementando el volumen de leche comercializable.

En explotaciones bien manejadas, esta práctica contribuye a mantener niveles bajos de células somáticas, mejorando el precio por litro que los productores reciben de las plantas procesadoras. Además, vacas sanas y con ubres protegidas tienen una mayor longevidad productiva, lo que significa menos reemplazos y más estabilidad económica.